Soy Martín Kremenchuzky, tengo 48 años y, debido al Síndrome de Usher, actualmente soy ciego e hipoacúsico. A pesar de los obstáculos que me puso la doble discapacidad, pude salir adelante gracias al deporte y a la ayuda incondicional de familiares y amigos que me hicieron creer que yo podía.
Hice muchas actividades hasta darme cuenta de que el deporte era lo mío. Comencé remando, luego corriendo y más adelante comencé con el triatlón, que hoy puedo decir es mi estilo de vida. Por supuesto, siempre con la compañía de un atleta guía, que está conmigo en los entrenamientos y en las competencias. Es muy importante el apoyo de los que están cerca para adquirir confianza y salir adelante en momentos difíciles.
Cuando me quede ciego estuve muy deprimido, pensaba que no podía hacer nada pero la vida dio una sorpresa: hoy, siendo ciego, soy más feliz que antes! Puedo hacer cosas que jamás me hubiera imaginado y siento que soy mejor persona, valoro las cosas realmente importantes de la vida y comparto actividades con amigos y familia.
En mi caso, la bici tándem es parte del día a día, entrenando y un factor fundamental en las competencias de triatlón.
¡Sin bici tándem no podría ser triatleta que es lo que más felicidad me da en esta vida deportiva que elegí vivir!
Y sin darme cuenta, fui cumpliendo distintos objetivos sin proponérmelo. Me convertí en el único argentino ciego IronMan y el único sordociego en el mundo. Ya llevo 5 IronMan en mi haber y muy pronto en Asia seré la única persona con discapacidad en realizar IronMan en todos los continentes!